De haberlo sabido antes…

¿Cuántas veces escuchaste eso? ¿Y cuántas veces lo pensaste vos misma con respecto a muchas cosas? De haber estado informada sobre algunos temas relacionados con la lactancia y la maternidad, más de un susto o inquietud no habría tenido lugar, ¿verdad?

Durante el embarazo estás ávida de lecturas, informándote aquí y allá de todos los aspectos que conciernen al parto. Eso está muy bien, pero... ¿te acordaste de la teta? Bueno, quizás hayas pensado: "Eso viene después... Ya veremos...". Y cuando llega el momento... te falta información.

Nadie te dijo, por ejemplo, que el bebé tiene que aprender a prenderse, y vos, aprender a prenderlo... ¿Y eso por qué, te preguntarás? Porque puede lastimarte, y las primeras succiones suelen doler... ¡Pero si nadie te dijo que podrían ocurrir éstos y otros contratiempos! ¿Dejarlo para más adelante? ¿Consultarlo en otro momento? ¡Error! Porque una vez que tu bebé está con vos, necesitas ayuda y respuestas YA. Porque tu bebé llora AHORA y no puede ni debe esperar, y vos tampoco.

Para eso estamos las puericulturas:
Para que sepas cómo prepararte para una buena lactancia.
Para que te informes sobre todo lo que te preocupa e inquieta, o simplemente deseas saber sobre lactancia y crianza.
Y lo más importante: Para que conozcas cuáles son las situaciones que se te presentan apenas nace tu bebé, y orientarte en esos primeros tiempos que son, en su mayoría, difíciles, confusos y agotadores.

¿Cuándo podes realizar una consulta?
Durante el último trimestre del embarazo, para aprender y prepararte.
Apenas nace tu bebé, para minimizar las posibles dificultades en la prendida y recibir ayuda y contención durante el proceso de la bajada de la leche.
Durante las primeras semanas, para corroborar el buen aprendizaje del bebé en la prendida, las posturas correctas de ambos, las diferentes posiciones para dar de mamar, y para orientarte en lo relativivo al descanso y el sueño del bebé, la libre demanda, la alimentación materna, los mitos relativos a la lactancia...
En cualquier momento que creas necesario charlar sobre algún aspecto de la crianza de tu chiquito -que ya no es bebé -y necesites de la orientación de una profesional que conozca sus tiempos y necesidades, y además respete los tuyos.

Llamar y pedir ayuda a una puericultura no es un lujo, es un derecho posible y muy válido.

Amamantar es una experiencia única y maravillosa. No te la pierdas!